Junín es una rica región, diversa y privilegiada, tiene tres geografías muy marcadas, el anchuroso e imponente Valle del Mantaro, la zona alto andina, y la selva, que ocupa más de la mitad de su territorio. Es un espacio muy fértil que durante años fue considerada la despensa de Lima por todos los productos alimenticios que produce.
La zona alto andina reúne una diversidad de elementos de la naturaleza, rica en pastos y con una particular variedad animal, posee la segunda laguna altoandina más alta de los Andes, además acá se fraguo uno de los episodios históricos más importantes de nuestro país: la Batalla de Junín.
En cada uno de estos lugares existe una riquísima tradición cultural que se remonta a antes de la llegada de los españoles: huancas, xauxas, chupacos, tarumas y otros grupos étnicos habitaban estos espacios tejiendo una serie de estrategias de convivencia, algunas veces violentas y otras de negociación.
Los hombres y mujeres del antiguo Junín, con la contribución de los hispanos, nos legaron varios de los productos artísticos que hoy disfrutamos y que han servido además como testigos de relatos e historias que cuentan episodios que hoy son importantes para cualquier familia de Junín: la fiesta, la faena popular, los episodios agrícolas, las construcciones, entre otros; pero además cada uno de estos relatos se van tiñendo de una particularidad que le da una característica única tanto en las familias como en las comunidades.
Ahí radica la diversidad de Junín que se plasma también en sus múltiples expresiones artísticas y culturales, esas que tentamos llamar hoy industria cultural. Ya Arguedas fue un adelantado y se refirió en Junin a estas expresiones con ese mismo nombre de industrias reconociendo el poder movilizador de las mismas, pero movilizador no solo de economías sino de identidades. Por eso estamos desde esta plataforma Junín Cultural dando la batalla para el reconocimiento y la valoración de lo nuestro, de lo propio